El concepto de "feromona" fue creado a finales de la década de los años cincuenta para definir una sustancia química segregada por las plantas y animales, que utilizan para comunicarse entre ellos.
En el caso de los animales, en concreto los felinos, esta substancia se origina en unas glándulas situadas en diferentes partes de sus cuerpos cuadrúpedos:
• Las glándulas periorales situadas alrededor de la boca
• Las glándulas temporales, que se encuentran en el lateral de la cabeza
• Las glándulas caudales, en la cola
• Las glándulas anales
• Las glándulas situadas en las almohadillas de las patas
• Y finalmente las feromonas también se encuentran en la orina, heces y saliva
Los gatos son un tipo de mascota perfecto para convivir con las personas y por eso pasan gran parte de su tiempo dentro del hogar.
Es importante recordar que las viviendas modernas no son el habitat natural de los felinos y, por tanto, es importante tener mucho cuidado con ciertas situaciones que se puedan producir y así evitar sustos y disgustos.
De la misma forma que se suelen tomar unas medidas de seguridad para los niños en las casas, también es importante tomar medidas para mejorar la comodidad y seguridad del gato en la vivienda. Estas medidas son tan simples como seguir unos fáciles consejos:
El Angora Turco se trata de la primera raza de gato con pelo largo que fue introducida en Europa. Desde su introducción, esta raza ha estado muy bien considerada por la aristocracia europea ya que su posesión era sinónimo de riqueza y pureza. No en vano, es conocido que personalidades como Luis XVI o María Antonieta tenían en su posesión gatos de esta apreciada raza.
Hoy en día siguen siendo una de las razas más deseadas, si bien no por razones de ostentación, sí por algunas características de este inteligente y curioso gato. Por ello vamos a indagar en algunos de los cuidados e higiene que el gato de Angora Turco requiere.
El gato persa tiene un cuerpo redondo y musculoso, una cabeza grande, unas patas cortas y un pelaje muy abundante y sedoso, y sus características físicas han ido evolucionando al ser creado artificialmente a través del cruce de varias razas. Es un gato afable y de carácter tranquilo, es por eso por lo que este animal nos facilitará en la medida de lo posible su higiene.
Para mantener un aseo óptimo, es necesario adquirir algunos productos que serán esenciales para el cuidado de este tipo de raza (y en general de cualquier otra) y otros específicos adaptados a su tipología concreta.
De los animales domésticos, los gatos son los que mantienen una relación más especial con los humanos ya que ésta no se basa en la obediencia, sino en el respeto mutuo. Un gato es un ser independiente pero que mantiene unos lazos afectivos que no suele romper en su vida.
Los gatos mantienen su instinto natural a pesar de las muchas generaciones que han pasado como animales de compañía. Conocen el estado de ánimo de las personas y se acercan o alejan de ellas automáticamente, por lo que nunca molestan.
Los gatitos recién nacidos estarán perfectamente cuidados si dejamos actuar a la naturaleza y están bajo la protección de su madre durante sus primeras semanas de vida. Bastará con proporcionarles una cama acolchada, limpia y seca, y no acariciarlos demasiado, ya que la gata puede llegar a rechazarlos si eliminamos con nuestras manos su característico olor.
Si se trata de gatitos huérfanos o rechazados por su madre, además de mantenerlos calientes y protegidos, habrá que alimentarlos con un biberón hasta cuatro veces al día, para lo cual elegiremos una leche de veterinario, ya que la leche de vaca puede ser perjudicial. También deberemos ayudar a los gatitos a expulsar los primeros excrementos mediante un suave masaje con algodón en la zona rectal.
Una gata alcanza la madurez sexual a los seis meses, pero seguirá desarrollándose hasta los diez meses. A la hora de decidir su apareamiento es aconsejable que la gata tenga al menos diez meses y que el macho sea mayor de un año.
Un apareamiento de tres copulas diarias durante tres días, es suficiente para la gestación del máximo número de crías posibles.
La duración total de la gestación de una gata, desde el apareamiento hasta el parto de la gata, puede oscilar entre 57 y 70 días, aunque suele rondar los 65.
Durante las primeras tres semanas posteriores a la cópula, los embriones adquieren un tamaño aproximado de un centímetro y ya se puede distinguir la cabeza y el cuerpo. Al final de esta fase la gata presentará los pezones rosados y firmes, apreciándose también caída de pelo alrededor de estos, un signo que confirma el embarazo del animal. Por otra parte la producción de la hormona progesterona aumenta considerablemente en la gata.
Para saber la edad de una cría de gato, el método más usado y que nos dará la respuesta con mayor fiabilidad es echarle una ojeada a su dentadura, levantándole los labios con suavidad.
Los gatos jóvenes tienen un total de 26 dientes temporales, parecidos a los dientes de leche humanos: al contrario que nosotros, tienen 14 en la mandíbula superior y sólo 12 en la inferior.
Al nacer, el gatito carece de dentadura. Los dientes empiezan a salir de las encías, aproximadamente, a las dos semanas de edad, pero esto puede demorarse hasta las cuatro.
Los primeros en aparecer son los incisivos, entre las dos y las cuatro semanas. Durante este periodo van creciendo de forma apreciable. Sobre las tres y cuatro semanas de edad, pasa lo mismo con los caninos.
A diferencia de los perros que suelen comerse toda su comida al mismo tiempo, los gatos prefieren comérsela en diferentes tandas. Eso es lo que llamamos “picoteo”, porque ingiere pequeñas cantidades varias veces al día.
Por ello es imprescindible que le dejemos siempre comida a su disposición. El alimento y la comida siempre deben estar a su alcance, y ésta última siempre debe estar renovada y fresca.
Que tenga siempre alimento a su alcance no quiere decir que le demos comida a voluntad superando la cantidad diaria que debe ingerir para llevar una dieta equilibrada. Lo que supone es que esa cantidad diaria debemos distribuirla a lo largo del día para que el animal se alimente siempre que quiera y que acabe ingiriendo lo que debe.
La artrosis es un mal común que padecen los gatos mayores que muy a menudo pasa desapercibida. Nuestra mascota puede sufrir un envejecimiento de las articulaciones sin expresar su dolor de modo evidente.
Sin embargo, si miramos atentamente y prestamos atención a los síntomas, podremos detectar los cambios asociados con la osteoartritis y darle al animal el tratamiento que necesita para que pueda seguir viviendo cómodamente.