La llegada de un bebé es un momento muy feliz que no queremos que se vea empañado ni un solo segundo por problemas de adaptación con nuestra mascota y el nuevo y adorable miembro de la familia. Suficientes emociones tenemos ya como tener que estar pendiente de problemas con el animal, ¿verdad?

Es cierto que igual que nuestra vida va a dar un giro de 180 grados, la del gato de la casa también la va a dar porque éste que es animal de costumbres, de repente va a ver como un nuevo miembro de la familia llega a casa, una personita además que es delicada y que le roba tiempo y mimos de sus dueños.

Lo mejor que podemos hacer es adaptar a nuestra mascota a los nuevos cambios previamente a la llegada del bebé, para que cuando se produzca el momento esté acostumbrado a parte de los cambios que con él van a llegar a casa. Los consejos que veremos a continuación te ayudarán con el proceso.

Lo primero que tenemos que hacer es solucionar posibles problemas de comportamiento si es que hubiera alguno. Si tienes problemas de arañazos, mordeduras, saltos desde los muebles, etc., el momento para solucionarlo es meses antes de la llegada del pequeño. Este tipo de comportamientos con el bebé en casa pueden provocarte quebraderos de cabeza.

Si no consigues solucionarlos siguiendo los consejos que has leído en libros o foros, no dudes en solicitar ayuda a un especialista. Arreglar este tipo de conflictos es necesario para que la convivencia sea pacífica, porque con los nuevos cambios que llegarán a casa, la situación se puede intensificar.

También debemos hacer que el animal se acostumbre a los olores y ruidos del bebé. ¿Cómo conseguirlo? Si tienes amigos que acaban de ser padres es un buen momento para pedirles un favor y que vengan a casa para que el gato vea la actividad de un bebé, sus movimientos y para que se acostumbre al olor de los productos infantiles.

Para los ruidos del bebé puedes grabar sonidos de éste o comprar algún cd que en internet encontrarás. Haz que suenen estos ruidos periódicamente para que el animal vaya escuchando típicos sonidos de bebés y así éstos no le extrañen.

Los sonidos tienes que introducirlos gradualmente, claro está. Empieza por sonidos suaves a un volumen bajo y poco a poco vez aumentando la frecuencia, la intensidad y el volumen.

Antes hablábamos de los olores típicos de los bebés. También puedes optar por empezar a usar productos de bebé para que éstos se vayan impregnando en tu ropa y en tu cuerpo y que el animal al recibir tus caricias se habitúe a ellos. Así poco a poco el gato se irá sintiendo cómodo con estos nuevos olores.

Y por último es importante que el gato se habitúe a la habitación del bebé y que pueda investigarla con atención mucho antes de la llegada del pequeño. Por ello es importante que la tengáis preparada uno o dos meses antes de su llegada. De esta forma el gato sentirá que esta habitación es parte de la casa y la novedad del pequeño no será tan grande.

De igual forma, si has decidido que el animal no podrá entrar en la habitación del pequeño, es buen  momento para que se acostumbre a esa prohibición.

Este momento de investigación es ideal para acostumbrar al animal a no saltar sobre el cambiador ni a acostarse sobre la cuna. Una buena manera de conseguirlo es cubriendo inicialmente estos elementos con algún material desagradable para nuestra mascota. De esta manera no tendrá ganas de volver a ellos en el futuro.