Todos los gatos tienen la necesidad de un espacio duro, alto y, generalmente, vertical en el que estirar sus músculos y rascar sus uñas, ya que esa es la manera que tienen de dejar señales visuales y olfativas o, dicho de otra manera, es su forma de marcar territorio.

Los rascadores existen como alternativa a que a nuestros pequeños mininos les dé por rascar cosas más valiosas para nosotros como las sillas o el sofá. Es importante señalar que muchos gatos usan el rascador de manera natural y sin necesitar ningún estímulo por nuestra parte, pero otros no ponen las cosas tan fáciles. Vamos a enumerarte los mejores trucos para que tu gato aprenda a usar su rascador y se aleje de nuestro mobiliario.

Trucos

Lo primero y principal es que empieces cuanto antes. Los gatos pequeños son los que más rápido aprenden, haciendo que sea mucho más sencillo que los cachorros se habitúen a utilizar el rascador que cuando ya son adultos.

Si ya has llegado tarde y tu gato es adulto, lo mejor que puedes hacer es a la hora de ponerle un rascador es buscarlo de un material similar al mobiliario que te rasque de manera habitual y ponerlo cerca para que empiece a sustituirlo.

Como ya te hemos dicho, los gatos rascan como forma de marcar su territorio, por lo que, si tienes varios gatos conviviendo juntos, deberás comprar un rascador por gato. De esa manera evitarás que tu gato invada el marcaje del otro y a la inversa.

Intenta que el rascador sea vertical y al menos tan alto como lo es el gato en cuestión para que se pueda estirar por completo. También tendrás que tener en cuenta que algunos gatos prefieren que el rascador no esté totalmente en vertical, sino ligeramente tumbados.

Ubícalo con sentido en la casa, ten en cuenta que el rascador es parte de la rutina de tu gato y que lo utilizará a menudo para jugar y relajarse. Tendrás que intentar que quede cerca de donde duerme y, sobre todo, alejado del arenero.

Asegúrate de que el rascador es estable y que no se mueve de manera brusca, porque tu gato se debe sentir seguro cuando va a jugar con él. Los mejores rascadores para gatos cuentan con bases sólidas y pesadas para que no se tambaleen demasiado ni se le tumben encima.

Haz que te vea rascar. A veces no se acercan por miedo y, probablemente, si te ve a ti acercarte, asumirá que el rascador es inofensivo y nos imitará. De esa manera, conseguirás convertirlo en una experiencia positiva para él. Puedes darle de premio golosinas cuando utilice el rascador, de esa manera colaborarás a reforzar su actitud. Intenta no forzarle colocándole las patas encima si no le ves demasiado confiado.

Ligado a esto último, puedes intentar hacer que supere su miedo jugando con él. Puedes hacer, por ejemplo, que persiga algún otro juguete de su agrado como palos de plumas acercándote poco a poco al rascador hasta que suba casi sin darse cuenta. De esa manera, ganará confianza y empezará a utilizarlo.

Si tu gato se resiste a utilizar el rascador, quizá la mejor solución sería probar diferentes texturas ya que, en ocasiones, prefieren productos más suaves con los que frotarse y otros prefieren el típico rascador de cordeles de sisal.

Si después de poner en práctica todos estos trucos tu gato sigue sin querer jugar con el rascador, puedes probar a rociarlo con catnip. El catnip, también conocido como
“menta de los gatos” es una planta con intenso olor mentolado que ejerce un efecto excitante en los gatos. Se utiliza, precisamente, en juguetes y accesorios para gatos, a fin de estimularles e invitarles a realizar actividad física, por lo que podría ser la solución ideal para todos tus problemas.