Como seguro sabes, los gatos son unos auténticos sibaritas a la hora de llevarse algo a la boca. Por eso las recompensas que le demos a nuestra mascota también deben ser muy especiales, pero cuando la encuentres te aseguro que se “derretirá” ante ella.

Por ello una de las primeras cosas que debemos conseguir es encontrar la recompensa preferida de nuestro gato. ¿Crujiente? ¿Cremoso? ¿Ambos? ¿Una golosina prefabricada o algo preparado en casa?

Lo que está claro es que la recompensa que le demos a nuestra mascota debe ser perfecta en términos de calorías. Ésta no puede romper el equilibrio de la ración diaria del animal. Lo bueno de las golosinas compradas es que la firma es especialista en nutrición animal, por lo que sus recompensas son particularmente agradables al paladar y a la dieta. Una o dos calorías por dulce no es para sentirse culpable, ¿verdad ? Mira las etiquetas y compra sin remordimientos.

A continuación veremos el aspecto pedagógico de la recompensa. Ésta nunca debe ser un bocado más de su comida o una croqueta. La recompensa debe ser algo especial para un evento especial, un momento de placer o la recompensa por buen comportamiento del gato después de un evento “frustrante” por su parte.

Por ejemplo, los gatos cuyo pelaje requiere de un mantenimiento diario, es una buena manera de inculcarles que esta práctica es buena recompensar cada cepillado con una golosina. Por ello es tan importante que las golosinas no dañen la línea de nuestro animal.

Las recompensas deben ser utilizadas con prudencia, solo para reforzar una buena conducta y nunca de manera sistemática. Darla puede ser útil para casos en los que tenemos problemas con un gato que se impacienta por alcanzar su plato de comida casi antes que lo coloques en el suelo, ya que con ella podemos recompensar que haya esperado paciente. Debemos fortalecer cada orden (salta, ven, vamos, siéntate, etc.) y acompañarla la recompensa con un cumplido, algo a lo que los gatos suelen ser muy sensibles.

Casos en los que puede sernos útil recompensar a nuestro gato

Por supuesto empezaremos por los casos que ya hemos visto, el de los gatos a los que no les gusta el cepillado de su pelo o el de los que se impacientan ante la comida, pero hay muchos más. Siguiendo con la comida, la recompensa puede ayudar a alimentar a varios gatos, ya que podemos conseguir que se sienten y esperen pacientemente la llegada de la comida en lugar de pelearse entre ellos para llegar al plato.

También puede ser útil a ayudarnos a meter al gato en el transportín. Y es que agitar la cada de las golosinas comprobarás que tiene el don de hacer que el gato se acerque a muchos sitios. Eso sí, no dejes toda la caja abierta en su jaula. Recompénsale solo cuando haya entrado en ella y siempre con una o dos golosinas.

La visita al veterinario también puede ser mejorado con las recompensas. Por ejemplo podemos darle al gato una golosina después de una inyección, por ejemplo. Esta distracción le relajará.