El papa Juan Pablo II el 10 de enero de 1990,
en una audiencia general,afirmó:
"Los animales también tienen un aliento vital recibido por Dios"
Juan Pablo II estaba queriendo decir que los animales poseen alma.
Al día siguiente,el influyente diario italiano(Corriere della Sera)
publicaba en primera página el siguiente titular:
"El papa abre el cielo a los animales".
En cuanto escuchó las palabras del pontífice,Mario Canciani(1928-2007),
párroco de San Giovanni dei Fiorentini,muy cerca del Vaticano,
se convirtió en el hombre más feliz del mundo.Canciani defendió
en varias de sus obras-siempre basándose en distintos textos de
la Biblia-que los animales,efectivamente,poseen alma,al igual
que los seres humanos.
Este particular párroco estimulaba a sus fieles para que acudieran
a misa acompañados de sus mascotas.Perros,gatos,periquitos,
cacatúas y demás animales participaban a su manera en las
celebraciones religiosas de Canciani,
que dos veces al año los bendecía públicamente.
Juan Arias,corresponsal del diario (El País) en Roma durante años,
narraba en una de sus siempre interesantes crónicas su visita a la
iglesia de San Giovanni.
El periodista se topó con el bueno de Canciani celebrando un funeral
por un embajador," y allí,al lado del féretro,tumbado,con ojos tristes,
asistía al rito,como un fiel más,su labrador negro,
el perro que le había acompañado hasta el momento de morir ".
Canciani gozó de la amistad de varios papas y de importantes
jerarcas de la Iglesia católica,que gustaban de escuchar sus puntos de vista.
( Texto recogido del libro: " Nos vemos en el cielo " )
" No sabemos nada realmente del amor
si no queremos a los animales "
Fred Wander, escritor austriaco.