Es cierto que el uso que le dan los gatos a sus uñas puede resultar molesto en un hogar, pero existen ciertas alternativas antes de recurrir a la desungulación en gatos. Veamos algunas de ellas, ya que desungulando estaremos privando a nuestra mascota de una parte fundamental de su ser y éste  sufrirá las consecuencias el resto de su vida.

Podemos cortar la punta de las uñas del gato teniendo cuidado de no cortar la pequeña vena que está dentro de la uña. Si la cortáramos, tendríamos que actuar con rapidez y parar la hemorragia con polvo estíptico. 

El gato se acostumbra con facilidad a que le corten las uñas si lo hacemos desde pequeños (como ya te hemos aconsejado en otras ocasiones para otras actividades como el baño, etc.). Sin embargo, siempre es más seguro acudir a un veterinario. Este proceso tendremos que hacerlo cada vez que lo necesite el gato, cada una o dos semanas aproximadamente.

Ponerle uñas postizas al gato. Estas uñas son pequeñas fundas de plástico que se fijan a la uña del gato con pegamento. Son fáciles de poner. Y además hay varios tamaños para que se adapten mejor. Lo único es que se tienen que cambiar periódicamente debido al crecimiento de la uña, porque la uña postiza se despega cuando la uña crece.

Educar al gato a usar el rascador: Una solución más inteligente y más práctica de cara a nuestra mascota es tratar los problemas de comportamiento desde que son cachorros, enseñarles a usar rascador, y que aprendan que allí pueden arañar siempre que quieran. Para facilitar esta tarea, puedes premiarles cuando lo utilicen para que asocien el gesto con algo grato para ellos.

Usar repelentes para los lugares que suela marcar. Si el gato suele arañar zonas concretas, podemos utilizar repelentes especialmente diseñados para mascotas. Ayudan a disuadirlos sin ser nocivos para su salud.