Cita: Frrou |
Si puedes, ves trayendo cosas de la otra casa que puedan oler. Y llevando mantas que huelan a ellos al otro lugar.
Cuando llegue el momento, trasladalos con cuidado, mejor tapando con una sabana los transportines para que no se agobien con un montón de olores y sonidos nuevos del camino. Una vez en casa, déjales recorrer todo. Si tienes cajas vacías de la mudanza déjaselas por ahí, que tengan sitios para jugar, esconderse, olfatear... Fijate en qué les llama la atención, qué les da miedo y tenles algunos premios (un poco de jamón york...) para que vean que la nueva casa también trae cosas buenas. No te preocupes mucho, ellos tienen su forma de adaptarse y lo mejor es dejar que inspeccionen el lugar, se restrieguen por todo (así lo marcan con su cuerpo) y sin agobios. Mucha calma y buen karma en la casa nueva. Poco a poco se sentirán plenamente confiados y volverán a las andadas. Lo mejor es no hacer cosas raras (ni separarlos, ni encerrarles en una habitación, ni cosas de esas) sino dejarles ser felinos. |