Osiris tenía 17 años cuando se le diagnosticó insuficiencia renal crónica, en enero de 2010.
Me consagré a su cuidado, fuí a otros médicos. Osiris, el siamés de pelo largo color beige y ojos azul bebé. Mi cuñado encontró una gata siamés de pelo corto y ojos azul zafiro, y la llevó a mi casa para que hiciera compañía a Osiris. Yo me resistí pero acabé enamorada de ella, a quien llamé Sayuri. Al llevarla al médico, me dijo que la echaron (quizá) porque estaba preñada. Tuvo dificultades, la operaron, hubo dos crías, una nena blanca y un nene azabache. Osiris fué el más devoto de los padres (sin ser sus hijos) desde el 6 de julio pasado. El 15 de agosto, Osiris estaba tan enfermito y sufría tanto, que
el veterinario sugirió ponerlo a dormir. Yo le había puesto una endovenosa pues estaba muy deshidratado, y los análisis de sangre mostraban urea y creatinina a triple de nivel normal, aparte marcada leucocitosis, lo que indicó una infección agregada. Cuando Osiris evacuó sangre ese mediodía, yo supe lo que iba a suceder. Llevé a Sayuri y a los bebes a que se despidieran de papá.
El doctor llegó a las 4 pm y Osiris cerró los ojos entre mis brazos media hora más tarde. Le puse la cruz en su frente y le susurré al oído, "feliz ascención".
Osy fué un gran padre, aunque los bebes no los engendró él. Sin embargo, Dios me tenía preparada otra dura prueba: Sayuri, a pesar de estar esterilizada, se escapó por un árbol del jardín el 11 de mayo. Los bebés quedaron huérfanos, Osiris reposa en el jardín y aún cuando recuerdo todo esto como parte de mi destino, no dejo de dolerme... supongo que es normal, que Osy está en el cielo y que Sayuri (ni nadie) es de mi propiedad, pero los tengo en el altar donde rezo, junto a las fotos de mis padres y otros amigos que me han precedido en el camino.
Pido a Dios que Sayuri esté viva, que haya llegado a manos de personas que la quieran... y pienso que se fué porque era un ángel que vino a consolar a Osiris en sus últimos días... Y veo en sus hijitos (Merlín e Isis) un reflejo de ellos dos. Y en los hijos de ellos (Sakumi y Osiris) un renacimiento y esperanza.
Dios bendiga a todos.