Hola.
Tengo en casa un perro de aguas, Coco conviviendo con una gatita, Tina (está esterilizada) que ahora ha cumplido un año y se llevan muy bien.
Ayer he traído un segundo gato. Aún no ha cumplido los dos meses. He preparado una habitación para el y en la puerta he puesto una rejilla para que tanto mi perro como la gata lo vean, lo huelan pero sin de momento interactuar directamente.
En las primeras horas de convivencia he visto lo siguiente. El perro, ningún problema, se le acerca y como es normal el gatito le bufa. Pero la gata, ve con recelo al nuevo inquilino. Ha cambiado su comportamiento, es como si no estuviera a gusto. Ya no se pega a mí y cuando maulla el nuevo gatito en la otra habitación, estando ella en la sala, la sensación que tengo es como si no supiera que es un gato. Está como en guardia. Antes cuando la acariciaba, ronroneaba. Ahora no lo hace. Esta en tensión/alerta, o al menos me lo parece a mí.
Bajo mi supervisión, ayer los dejé acercar a ambos a apenas un metro. El gatito, no mostraba ningún signo de encontrarse tenso, sin embargo Tina, le bufaba abriendo la boca pero sin hacer nada más.
¿Es normal esta situación? ¿Estoy haciendo algo mal o puedo seguir haciendolo como hasta ahora, manteniendolos separados? También he leído que es bueno frotar a uno de los gatos con un paño y luego frotar al otro para que se impregnen ambos de sus olores.
No quiero que Tina piense que la cambié por el nuevo gato, pero tengo que estar en estos momentos más atento al nuevo gatito para que no le pase nada y no a ella. A veces, se acerca tan sigilosa que no se si es por miedo/curiosidad o se está preparando para atacar.
No sé, o es más mi miedo a que le pase algo al gatito, o
Si habeis estado en la misma tesitura como yo ahora, me gustaría que me dijerais como lo habeis hecho vosotros/as.
Saludos.