Espero que te vaya mejor con tu gato... De todos modos, a ver si esto te ayuda en algo a ti o a quien tenga problemas similares.
Los gatos adoptados, especialmente de razas concretas, suelen haber tenido alguna mala experiencia. Seguramente nunca sabrás qué le ha pasado anteriormente, si tuvo tiempo de socializarse con su madre y hermanos o no... Muchas veces las protectoras mismas no saben qué le ha pasado al gato antes.
Estos gatos suelen ser muy desconfiados por experiencia, así que lo normal es el comportamiento que dices. Esa agresividad casi siempre es "miedo" de que pueda pasarle algo.
Lo mejor para que se tranquilice es dejarle un espacio (no cerrado) con sus cosas, donde no entréis mucho y se sienta "a salvo" para comer y beber, descansar... En caso que dispongáis de buena economía, podeís comprar un sprai de feromonas y echarlo una hora antes de que el gato entre en su "cuarto" o en su cesta. Ya aviso que a veces funcionan y a veces no, pero es totalmente inoloro para nosotros y ellos sólo perciben feromonas gatunas que les "dicen" que todo está bien. (se usan mucho para viajes largos, etc). No es la solución, sólo es un refuerzo más.
Cuando os lo encontréis por casa no os acerquéis, más bien la táctica es "ignorarlo". No mirarlo a lo ojos (eso para ellos es signo de enfrentamiento), no hacer caso cuando bufe y seguir tranquilamente vuestro camino.
Se le pueden ir dejando "premios" en varios sitios un poco lejos de vosotros, y cuando vaya acercándose progresivamente ir dejando esos premios más cerca de vosotros (primero en el suelo del comedor, poco a poco más cerca del sofá...). Siempre sin hacer movimientos bruscos ni llamarle la atención.
Es un chico asustado, así que hay que hacerle saber que todo está bien. Podéis ir llamándole por su nombre suavemente cuando esté cerca y comportaros "como gatos". Es decir: mirarlo de reojo, con los ojos no muy abiertos. Este tipo de miradas que parecen de mal gusto, para ellos son miradas de aceptación (de ahí que los gatos se acercan siempre a la persona a quien no le gustan).
Poco a poco, el gato irá comprendiendo que no hay peligro y él mismo se acercará y se dejará acariciar poco a poco.
Hay que verlo de esta forma: tenemos que hacer que él piense que no pasa nada y que puede hacer lo que quiera y pasear donde quiera. Si el gato siente que tiene control sobre la situación empezará a interactuar.
Sólo es un poco de paciencia y superará sus miedos.