menchuhc24
Si, es cierto, esa es otra de las cosas gatunas, si vas al baño, siempre irá contigo. Con el tiempo sencillamente, como mi Felicia, entra al baño, da una vuelta y con la misma sale y se echa delante de puerta entreabierta hasta que termine yo y salga. Según recuerdo, en un libro sobre gatos que leí, ellos hacen eso porque para ellos no siempre somos sus "papás o mamás", muchas veces, durante el día es al revés, nosotros somos como una clase de gato "defectuoso" dependiente de ellos y en el mundo animal en general, cuando uno hace sus necesidades fisiológicas es cuando más vulnerable está y ahí la razón de acompañarnos al baño y con el tiempo solo dar, lo que yo llamo: "una vuelta de inspección a la seguridad".
A los gatos domésticos en general, estén o no necesitados, no les gusta estar solos, sobretodo si ya han sufrido antecedentes de soledad. Yo recuerdo con mi Felicia que hasta que yo no cedí y dejé la puerta del cuarto abierta, nunca jamás dejó de arañar (y destrozar) la puerta del cuarto que era de madera y de mala calidad y vieja. Al final, como en el baño, solo entra, se está un rato y después se va a sus actividades nocturnas, casi siempre en la calle. Es algo así como asegurarse que yo estoy bien, acostado y sin peligros.
Yo trabajo por mi cuenta en cualquier cosa relacionada a computadoras y últimamente he logrado realizar la mayor parte de trabajo de soporte, remotamente, a través de Internet. Pero al principio de llegar Felicia a mis manos y durante los primeros dos años casi, cada día que salía, abajo, en el parqueo del Edificio (vivíamos en el último piso, el 6to) yo escuchaba los gritos de la gata y no hubo forma. En el edificio la gente debería pensar que yo era un abusador de animales o algo así.
Hoy en día puedo salir sin escándalos ni griterías, pero eso, de regreso a más tardar entre 7 y 8 de la noche (también hora de su comida fuerte del día). Si me demoro más que eso, la gritería y el escándalo que "me arma" en pleno pasillo es tal que, un día un vecino me dijo, presenciando una de dichas escenas: Vecino, yo no hablo idioma gato, pero por el tono hasta soy capaz de comprender "la bronca" que le está "echando". Así que si llego en el horario correcto recibo un saludo, incluso uno muy cariñoso con ofrecimiento de pancita y todo (un gato jamás se deja tocar en la panza (su lugar más débil) ni sus patas o entre los dedos (donde están sus principales armas de defensa) a menos que existe una enorme, grande, gigantesca confianza con ese humano), pero si me paso de la hora lo que me espera es "candela".
En fin, estén necesitados o no (y los gatos domésticos siempre lo están, somos sus propiedades y necesitan "sentirnos" sobretodo en ciertos horarios) ellos siempre van a ir por toda la casa adonde quiera que vayamos.
A mi me costó mucho trabajo "meterme" en la cabeza que conmigo convivía (al principio) otro ser vivo y que era, en comparación, muy pequeña de estatura y que siempre, siempre iba detrás de mi, por lo que yo ya no podía girarme de pronto y caminar, como estaba acostumbrado, porque siempre paraba o pisándole una patita o la cola o "enredándome" con ella, dando traspiés y en varias ocasiones... "¡placatán!", al piso.
Así que, pues paciencia y tiempo y verás como todo se arregla solo.