A mí tampoco me gusta que ande por todos lados, pero si la encierro en la casa se pone mal, se pone muy nerviosa y maúlla desesperadamente por salir. Lo digo porque una vez lo intentamos, la tuvimos como tres días dentro pero la tuvimos que dejar salir porque ni siquiera quería comer. Claro que me hubiera gustado que fuera una gatita de casa y tenerla adentro con nosotros, como a mi otro gatito, que adoptamos hace poco y sólo sale al jardín.
Pero es que mira, cuando nosotros llegamos a esta casa hace 5 años, ella ya tenía aquí como 7 años (de acuerdo con testimonios de los vecinos). Toda su vida ha vagado por estos rumbos y yo no me siento con el derecho de venir a quitarle la vida que ella ha llevado siempre, y que evidentemente disfruta, sólo porque le di de comer y se ha encariñado con nosotros. Ella no me necesitó en todo ese tiempo que vivió aquí sola, ¿con qué derecho vengo y la encierro en contra de su voluntad?
Ahora, no creas que anda en la calle entre coches y gente, sino que anda en un terreno cercado que hay atrás de mi casa que pertenece a la Universidad donde estudio. Ahí no entra gente, ni perros, ni otros gatos, y mucho menos coches (sólo hay gente cuando cortan el césped, pero entonces ella se queda en mi jardín, es muy miedosa y no se le acerca a nadie). Ahí la ves solita como leona echada bajo la sombra de un árbol, o entre unos bambús, o corriendo y brincando como loca cazando algo. Pasa más tiempo ahí que en mi casa. Realmente es un lugar muy seguro.
Por otro lado, por supuesto que no la pienso dejar salir de la casa a la que me mudo, porque esa sí da directamente a la calle y seguro se me pierde o le pasa algo malo. Por eso dije que siento feo llevármela a un lugar tan distinto a lo que está acostumbrada.
Espero que me entiendan y no me califiquen como la peor de las dueñas, porque sí quiero a mis gatos, y mucho, tanto, que prefiero que mi Tonchi sea feliz, a yo misma ser feliz teniéndola aquí en la casa conmigo.
Saludos.