Hola a todos tengo una familia hermosa de seis integrantes: mi hijo Abelito, Abel mi marido, Simba mi bebé canino, Goyo y Puma mis nenes felinos. Siempre me gustarón todos los animales desde niña, recogía perros, gatos, aves heridas (un colibrí vivo, lo tome en mis manos y lo curé para dejarlo libre) y unas que otras salamandras de la calle o simplemente llegaban solos hasta las puertas de mi casa, un día cuando tenía 9 años se metió en mi casa un gato negro muy grande y nada dócil quise tocarlo y me mordió, desde entonces les tomé miedo y fobia a los gatos hasta hace tres meses; por otro lado nunca me ha mordido un perro y yo creía tontamente que solo los perros me enloquecían y que nunca iba a tener un gato y hace tres meses empezó todo.
Simba es criollo tiene 8 años, tuve la fortuna de encontrarlo en la calle, estaba solitario, hambriento y además era un pequeño cachorrito de unas seis semanas que lloraba al mirar que su mamá (la que lo parió)se alejaba corriendo de él, fué una pachanga agarrarlo porque no se dejaba, lloraba por toda la calle, se escondió debajo de un auto y cuando al fin salió de su escondite, lo miré a los ojitos y supe que lo amaría asi como el a nosotros así fué que lo llevé con el veterinario para vacunarlo, desparasitarlo etc. y ahora sigue acompañandonos y alegrandonos la vida, vivimos en un departamento solo para nosotros en la parte de arriba de la casa de mi suegro que es viudo y tiene una novia que llenó su casa de triques así que se llenó de ratas por lo que me pidió especificamente a mi que llevara un gato para que acabara con las ratas; me lo pidió a mi porque el sabe que yo tomo todas las medidas necesarias para tener en casa a un animalito, no estaba muy convencida pero de igual manera sali a preguntar junto con mi hijo quien tenía gatitos y por casualidad de todos mis vecinos ninguno tenía hasta que me dieron razón de una casa que había puesto un letrero pero al llegar ya no estaba el letrero en la puerta, no me di por vencida pensando que quizá el aire lo había tirado y toque el timbre, salió un joven que me dijo que ya solo tenía uno pero parecía que su hermana lo iba a querer pero que igual no: -"Regresa mañana y si mi hermana no se lo lleva te lo doy" me dijo, entonces esperamos hasta el otro día, fuimos de nuevo y en cuanto llegamos nos dijerón que si me lo iban a dar porque al parecer era nena (hembita), nos acercamos para cargarlo y en ese momento me enamoré de un gato por primera vez, para mi era el bebé mas hermoso que hubiera visto y el a su vez se me acurrucó entre mis brazos sin nisiquiera voltear a ver a su mamá felina, dimos las gracias y nos fuimos al veterinario a un check up y al llegar a casa temía que simba se lo fuera a comer pero hable con el en un tono suave como lo hacen todas las mamás y para mi sorpresa a el tambien lo enamoró el nuevo integrante de la familia que para ese entonces el doctor me dijo que era macho por lo que decidimos ponerle Goyo como el puma de la UNAM, al otro día simba y el eran unos grandes amigos como si se conocieran o fueran de la misma especie, hasta besos hay entre ellos y todo, a pesar de que cada quien tiene su camita decidieron recostarse en una cobija en el suelo juntos cosa que yo se que es muy raro pero me fui acostumbrando, a las tres semanas de la llegada de Goyo me llamó una amiga diciendome que se había encontrado un gatito abandonado en la calle de tres semanas de nacido, fui a verlo y cuando lo tomé entre mis manos sentí una enorme necesidad de protegerlo y curarlo porque no podía caminar así que me lo llevé al veterinario y el me dijo que tenia debilidad muscular por anemia, me asuste y pregunte si se compondría a lo que el con una sonrisa me dijo, -"Hay Sol, con el amor que tu le sabes dar a tus animalitos, una buena alimentación y unas vitaminas en un mes se recupera, ya lo verás" entonces me fui a casa con mi bébé nuevo a lo que Simba solo lo olió para reconocerlo e investigar que era lo que cargaba con celo y no lo agredió, ahora ya está muuy bien y ya tiene mobilidad en sus patitas y se llama PUMA. Tiempo después mi esposo y yo discutiamos por otros asuntos entre el y yo tanto que me hizo llorar y me sente en la escalera que sube a mi casa a lo que Goyo de un salto se posó en mi regaso y lamio mis lágrimas , solo le faltó hablar para decirme "Ya no llores mami" seguido de Puma que se tallaba en mi pié sobandolo con ternura al tiempo que simba lamia mi mano y movía su colita. Es así que uno se da cuenta que los animalitos regresan todo el amor que uno les da en la misma medida, por eso si saben de alguien que no le gustan los animales el mejor consejo es: "Nadie te obliga a querer un animalito o a que te gusten pero tu obligación como animal racional es respetarlos y NO MALTRATARLOS" Gracias a quien lo lea. Marisol Rojo