Astrid y sus hermanos pertenecen a la calle. Sorprende ir a ponerle de comer a una colonia y encontrarte con estas ricuras. Eran los gatitos más alimentados del mundo, todas las vecinas entusiasmadas por su pequeño tamaño y carantoñas les ponían de comer. Pero ¿qué iba a ser de ellos cuando crecieran y empezaran a salir de su escondrijo para irse de excursión? Por suerte no tendremos que averiguarlo porque ya están en casa con nosotros.
Y más suerte todavía es que su mamá no tendrá que volver a pasar por esto ya que ha sido esterilizada y convive en armonía con el resto de sus compañeros callejeros viajeros.
Astrid se enfadó muchísimo el día que la sacamos de la calle. Estuvo escondida durante horas, pero tras la primera caricia, solo hizo falta una, nos miró con ojitos tiernos y ya no se quiso bajar de nuestro brazo. Es muy cariñosa y enamora a aquel que la mire.
adypa.asociacion@gmail.com www.asociacionadypa.org