Hola, gente del foro!
Os cuento mi caso, que tiene tela.
A mi gata Mórrigan se el obstruyó una glándula perianal hace un par de años. El "delicado" trato del veterinario que se encargó de ella le provocó una fístula a través de la cual se veía el músculo de su muslo (perdón por los detalles, pero es necesario para que veáis la salvajada). Evidentemente no quisimos que ese veterinario la curase, así que buscamos otro que cerró la herida, si, pero a costa de meterle en el cuerpo durante 3 meses tal cóctel de antibióticos que le dejó el estómago muy delicado. A consecuencia de ello, y al tiempo, empezó a defecar con mucha frecuencia (3 veces al día), con lo cual un tercer veterinario comenzó a tratarla. No sólo no redujo la frecuencia de las heces, sino que consiguió que fuesen totalmente líquidas, con el riesgo de deshidratación que eso conlleva. El cuarto veterinario que ha visto a Mórrigan ha conseguido el mérito de, con un cambio de dieta, no ya no curar a Mórrigan, sino también estropearle el estómago a mi otra gata, Manhattan, porque le ha retirado su alimentación habitual para que ambas coman lo mismo no corramos el riesgo de que Mórrigan coma de otra comida.
Como veis, creo que he tenido la suerte de darme de morros con los profesionales más ineptos de Madrid, así que si por favor me podéis recomendar un veterinario de confianza, que no se dedique a dar palos de ciego en busca de un diagnóstico y no haga enfermar a otros animales, lo agradecería muchísimo.
Jae