De que el ronroneo de los gatos es terapeútico no me cabe la menor duda. El último estudio serio que se hizo sobre su origen fue en 1972, llegando a la conclusión de que es un fenómeno aerodinámico producido por contracciones de la laringe y el diafragma, con cierre y apertura de la glotis. Al principio se pensó que era porque tenían unas falsas membranas detrás de las cuerdas vocales, después se lanzó la hipótesis de una elevación del flujo sanguíneo en la vena cava caudal. En todo caso los gatos no sólo ronronean en situaciones agradables, también lo hacen durante la visita al veterinario o en el parto. Esto es debido a que el ronroneo se debe a una emoción intensa, sea agradable o no. Algunos etólogos afirman que con el ronroneo los gatos elevan el nivel de endorfinas, las hormonas del bienestar que reducen el dolor, además se traduce en la dependencia de su madre primero y de su propietario después. Por cierto, en general, los gatos alimentados a biberón parecen auténticas locomotoras.