Las pulgas son insectos de la familia de los sifonápteros, lo cual quiere decir que por boca tienen un tubo (o sifón), que clavan en la piel para chupar sangre.

Características de las pulgas de los gatos

Estos poderosísimos vampiros en miniatura son la cosa viva conocida que más lejos puede saltar en relación con su tamaño. Además, su cuerpo duro y cubierto de espinas en reversa, permite alcanzar grandes velocidades entre el pelaje de sus víctimas, entre estas los perros, gatos y humanos de dudosa higiene.

Las pulgas de los gatos aman las comodidades de una casa segura, comida abundante, y espacio para procrear. Sin embargo, para la víctima el costo de su ataque es alto. Cuando la pulga clava su aguijón para darse un sangriento banquete, también inyecta su saliva ya que esta contiene sustancias descoagulantes. Esto concede a la pulga la categoría de vector epidemiológico, en la que también están los mosquitos y garrapatas. Tanto es así que durante el siglo XIV, esta dio muerte a más de 70 millones de personas mientras repartía la peste negra con su sifón.

La principal arma de estos molestos intrusos son lo escurridizas que pueden ser. Solo el 5 por ciento de las veces la detección de una infestación de pulgas se detecta por sorprender una pulga desprevenida. Por eso, si somos despreocupados solo detectaremos la plaga cuando las pulgas hagan olas.

¿Cómo detectar la plaga de pulgas?

Cuando las pulgas se alimentan, la piel termina irritada en el área donde se alimentó, esto provoca picor. Así que el primer síntoma es que el animal se rasca constantemente. Si su gato se rasca con intensidad en una misma zona, es probable que sea porque tiene pulgas. Podría pensarse que puede tratarse de garrapatas, pero no, la garrapata al picar no se siente. En su saliva existe un compuesto anestésico similar al de las sanguijuelas. Esto le permite pasar inadvertida hasta que su cabeza está totalmente metida dentro de la piel.

Otro consejo para detectar las pulgas es observar detenidamente la piel del gato, si este presenta heridillas, o tiene una zona enrojecida, puede que sea porque por ahí anduvo una pulga. Es común que las picadas de pulgas decanten en reacciones epidérmicas alérgicas. Lo cual también aumenta el escozor. Los lugares preferidos de las pulgas son aquellos donde más cerca y fácil sea acceder al flujo sanguíneo, por eso siempre observa el cuello, las orejas, cerca de los ojos, entre el rabo y las piernas traseras. Así que concentra tu atención en estos lugares.  

Otro método bastante confiable es no buscar las pulgas sino sus heces. Si pasas tu dedo en dirección contraria al pelo del minino, y visualizas unos minúsculos puntitos negros adheridos a los pelos, estás en presencia de las heces de pulga. Así que si el río suena, es porque trae piedras.

Tratamientos para las pulgas en gatos

La primera fase se denomina desinfección mecánica y esta empieza por llevarte el gato al agua. No en sentido figurado, realmente tienes que bañar a tu gato. Esto ayuda a disminuir la infección, ya que durante el baño un buen conjunto de pulgas se irán por el tragante. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con los productos que usamos. Los mininos son menos tolerantes a ciertos químicos que los canes. Por ejemplo, el aceite de eucalipto es muy dañino para ellos y puede ser mortal para los que son pequeñitos todavía. Se pueden usar otros aceites como el aceite de lavanda o cidronela, pero no el de eucalipto.

Para no hacerte muchos quebraderos de cabeza, puedes ir al mercado y comprar un champú antiparasitario para gatos y darle un baño con bastante espuma y agua. Luego, lo secas bien y lo peinas. Mientras más fino el peine mejor, así eliminaras otro número importante de pulgas.

La segunda fase es la desinfección química del animal. Para ello tienes dos opciones, remedios caseros, o cualquiera de los muy efectivos productos en el mercado entre los que se cuentan: collares, sprays, pipeta y lociones anti pulgas.

Remedios caseros para las pulgas

Respecto a los remedios caseros recomendamos el agua de limón y/o naranja. Al parecer a las pulgas lo se les dan muy bien los ambientes ácidos. Así que si hierbes en una olla cáscaras de limón o naranjas y agua, tendrás una mezcla letal.

Luego la pulverizas sobre el felino, cuidando de no pulverizar directamente sobre los ojos ni la boca. Otros compuestos naturales que se pueden usar de igual manera son el aceite de árbol de té y la manzanilla.

Remedios industriales para las pulgas

Los remedios industriales también son muy efectivos. La pipeta, por ejemplo, es uno de los más recomendados ya que tiene un efecto duradero y no es necesario aplicarla sobre todo el animal. Aplicarás el contenido de la pipeta única y exclusivamente sobre la nuca del felino. Debes hacerlo de tal manera que el compuesto llegue a la piel, para ello deberás apartar el pelaje haciendo una raya a lo largo de la cual depositaras el contenido.

Hay que destacar que este es un compuesto bastante fuerte, por eso, se aplica en la nuca que es el único lugar de todo el cuerpo que el gato no puede lamer. Por la misma razón, no limpies el contenido de la pipeta que caiga en tus dedos sobre la piel del gato.

Limpieza del entorno

Si pensabas que eso era todo, no es así. La última fase es la limpieza del entorno. En su ciclo vital, los milimétricos huevecillos de las pulgas caen del animal. De esta forma se riegan por los rincones, grietas del suelo, cojines, alfombras, etc. Así sobreviven hasta que pasan sus tres fases larvales y terminan siendo pulgas adultas que no dudarán en saltar sobre el primer gato que se les ponga delante.

Esto implica que además de desinfectar el animal, también hay que desinfectar su entorno. Lo primero es lavar todos los cobertores y cojines que sean usados por el gato. Luego aplicar insecticida por la casa haciendo especial énfasis en los lugares más visitados por el animal.

Existen en el mercado variados insecticidas que se pueden emplear. Es fundamental tener en cuenta que durante la aplicación del insecticida, ni las personas de la casa, ni el animal deben estar presentes. Estos solamente deben ingresar al lugar pasado el tiempo indicado ya sea por el profesional encargado de esta tarea o por lo que este prescrito por el propio producto químico.