De los animales domésticos, los gatos son los que mantienen una relación más especial con los humanos ya que ésta no se basa en la obediencia, sino en el respeto mutuo. Un gato es un ser independiente pero que mantiene unos lazos afectivos que no suele romper en su vida.
Los gatos mantienen su instinto natural a pesar de las muchas generaciones que han pasado como animales de compañía. Conocen el estado de ánimo de las personas y se acercan o alejan de ellas automáticamente, por lo que nunca molestan.
Los gatos son animales muy limpios, sociables, les gusta explorar, son tranquilos y pacíficos, se adaptan a los nuevos entornos de forma rápida, son inteligentes y están buscando siempre nuevos retos que superar,… Como vemos, son una de las mejores compañías que podemos tener.
El único problema que podemos encontrar con los gatos es que seamos alérgicos a ellos, ya que son uno de los animales que mejor compañía pueden hacernos. Pueden dormir en nuestro regazo y jugar con nosotros, saben estar presentes cuando les necesitamos, y acompañarnos cuando estamos solos.
Está demostrado que acariciar a los gatos relaja a los humanos y reduce el estrés en los gatos, por lo que es un ejercicio saludable para ambos siempre que lo hagamos convenientemente.
Hay que dejarles que nos huelan, acariciar primero la cabeza y luego bajar por el lomo hasta la cola. Lo que no les gusta es que acariciemos su cola ni sus patas. A los gatos les gusta mucho que les acaricien, por lo que suelen acudir ellos mismos a buscarnos, ronronean, se rozan contra nosotros, llaman nuestra atención hasta que consiguen su objetivo y consiguen unas caricias.
Eso sí, como seres independientes que son hay momentos para todo, no les molestes cuando comen ni cuando se asean. No les acaricies nunca a contrapelo que no les gusta.
Los niños pequeños y los gatos no tienen problemas de convivencia. Solo se recomienda no dejar a los bebés solos con los gatos por precaución, pero no son como los perros que pueden comportarse de forma más violenta. Si les dejamos tranquilos ellos nos dejarán tranquilos.
Un gato puede vivir unos 15 años normalmente, y serán años de mutua compañía. Viviremos junto a un carácter independiente, observador, siempre buscando nuevos retos, activos y despiertos. Una compañía que nos llenará siempre y que echaremos de menos cuando se separe de nosotros.